La organización ecosocialista
señala varios errores en la gestión del caso por parte del Ayuntamiento y se
compromete en su apoyo a vecinos y vecinas
Sí se puede rechaza “la postura
intransigente y nada autocrítica de la alcaldesa de Candelaria ante el problema
de Bajo la Cuesta, que se ha agravado extraordinariamente por la mala gestión
municipal y ha generado indefensión y un futuro muy incierto para el retorno a
sus hogares” por parte de los vecinos y vecinas de esta zona del municipio,
según asegura la portavoz del grupo municipal ecosocialista en el Ayuntamiento
de Candelaria, Mayca Coello.
“No hay justificación suficiente
para no haber pospuesto el desalojo hasta el límite establecido por el auto
judicial, el 14 de noviembre, y en ese periodo haber resuelto en condiciones
adecuadas las alternativas de vivienda
para las personas desalojadas que tienen derecho a ellas”, señala la portavoz,
al tiempo que expresa el apoyo de Sí se puede a las personas desalojadas y
“nuestro compromiso de exigir el cumplimiento de los acuerdos adoptados por el
pleno”, que se celebró este miércoles, 26 de octubre. Coello apunta también que
su organización se mantendrá exigente para que se cumplan “cuantas medidas haya
que ir tomando a partir de ahora en el sentido de proteger los derechos de la
ciudadanía en este proceso”.
La portavoz ecosocialista
reconoce “la coherencia de la concejal y el concejal de CC, que rompieron la
disciplina de voto” en el citado pleno, apoyando la ampliación del plazo del
desalojo, la declaración de emergencia y la actuación por la vía de urgencia
para agilizar la resolución de los expedientes de ejecución de las obras de
contención del talud, cuyos desprendimientos potenciales suponen un riesgo para
la vida de las personas, según los informes técnicos, y justifican el desalojo.
Asimismo, celebra que, finalmente, alguien del Grupo de Gobierno, en este caso
el Concejal de Urbanismo, haya asumido su responsabilidad sobre la deficiente
tramitación del expediente de ejecución de obras en el talud por uno de los
propietarios, Dani Ran, que acabó caducando por la inacción municipal, y
retrasándose medio año por ello, lo que impide que actualmente, pudieran ya
iniciarse las obras, por la vía de la ejecución subsidiaria.
“Lo que mal empieza mal acaba”,
asegura Coello, quien recuerda que “la agonía del desalojo de los vecinos y
vecinas de Bajo la Cuesta empezó en 2010 y culminó con un decreto de desalojo,
dos días antes de finalizar el mandato de la anterior corporación como regalo
de bienvenida envenenado a la actual”.
Para Sí se puede, lo que está
ocurriendo en Bajo la Cuesta es producto de la mala gestión, que se traduce en
no responder las solicitudes de información o no hacerlo con agilidad; en informar a las personas afectadas a través
de los medios de comunicación y no directamente, en reuniones continuas, como
debería haber sucedido, para mantener una información completa y transparente
en todo el proceso; en no haber priorizado obligatoriamente el acompasamiento
de los expedientes de desalojo y de ejecución, especialmente en el expediente
de Dani Ran, para que pudieran iniciarse las obras de reparación del talud de
forma inmediata tras el desalojo; no haber agilizado lo suficiente la
tramitación con Costas en lo concerniente a su autorización que afecta a la
obras que deben acometerse en el talud que se encuentra en dominio público,
entre otras cuestiones mal gestionadas .
Igualmente, es incomprensible
que, desde un prinicipio, en los expedientes de ejecución de las obras de
reparación del talu, no decretaran el procedimiento administrativo por vía de
urgencia, dado el grave riesgo por desprendimientos de rocas sobre las
viviendas y deslizamientos por avalanchas, que acreditaban los informes
técnicos, y haber permitido un retraso de medio año en la gestión de un
expediente clave como es el de Dani Ran, propietario arriesgado donde los haya
que invirtió su dinero en comprar un talud y que no parece tener intención ni
de darse por aludido ni de ejecutar las obras.
A estos errores se suma la
pretensión de solventar el gravísimo problema social de la disponibilidad de
vivienda para las personas desalojadas en unas pocas semanas, al borde del
desalojo, y adoptar decisiones sobrevenidas para gestionar la continuidad de esos
alquileres por los meses o años que pudiera durar. La realidad ha evidenciado
que, muy pocas de las personas que tenían derecho a una vivienda alternativa,
cuentan con ella, estando la mayoría de las personas potencialmente
beneficiarias, alojadas en un hotel con sus cosas depositadas en garajes de
amigos y familiares.
En este sentido, finaliza la
Concejala, es encomiable la solidaridad práctica con las personas afectadas que
han demostrado muchas personas de Candelaria a lo largo del proceso y, especialmente,
en este último mes. Ha sido una demostración de humanidad y sentido común,
frente a una actuación política que se ha colocado a la defensiva y en
posiciones enrocadas, cuando la delicada situación exigía mucha más cintura
política.
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